24/4/10

LA BUENA VIDA

Aprovechando que el buen tiempo ha pasado de largo (ha pasado de 0 a 30ºC en un suspiro), habrá que ponerse las pilas. Al menos me ha vuelto a dar por escribir aunque no descarto que quede en conato.

Me hubiese gustado volver aquí explicando encadenes míticos, historietas entretenidas y diciendo lo bien que me siento físicamente; pero aunque podría intentar tirar de imaginación para escribir algo así, tampoco me apetece escribir nada grandilocuente ya que para mi es mucho más interesante que os explique dónde estoy.

Para empezar acabo de recordar que estoy a un fin de semana de hacer tres años escalando, y creo que el próximo fin de semana no tengo -de momento-) atisvo de planes halagüeños. Evidentemente doy por hecho que mi gran sueño de encadene antes del 1 de mayo se deberá posponer por motivos obvios; pero aún así me encuentro feliz y contenta.

Durante todo este tiempo no he hecho grandes hazañas ni me he hartado a escalar, pero dadas las circunstancias tampoco ha estado tan mal (no disponer de mucho tiempo y mis colegas no han estado demasiado disponibles para quedar).

Con el miedo en el cuerpo, y sin forma física he guarreado bastante de: Secretivo a tocar a casa, muy muy recomendable. Jornada de escalada no muy fina. Semana santa en Margalef, donde me abrí la cabeza con una piedra (porque ahora hay cabras) sin más percance que una rascada y toda la ropa chorreando en sangre. Pero eso no fue todo, confirmé la lamentable falta de pila y no encadené básicamente nada. ¿Mi ilusión? Ponerme en forma para poder probar la Chachi qui chapi, e intentar rematar un par de vias pendientes y de paso comprobar el estado físico: L'estibador de Can Pesafigues i la Berberecho Blues de Cingles del Molí.
Escalé en el Bruc en varias ocasiones (un par de Desdentegadas y un par de Vermells donde pienso fijar algunos proyectillos, la Técnica Ninja y quizás Escaladores con pinta de atracadores, a parte de El perfecte esperó, que sigue allí... esperándome a que vuelva....).
Donde sí que volví fue a Penya Senyal y también a la Cova de l'Arcada, pero dejando de lado mis proyectos para un poco más adelante. No sé a qué espero... ¿a que llegue la temporada cara N?
Aunque pasé un fin de semana en Àger no pude ir al sector equipado por Luichy y ésto fue frustrate. Además, han pasado los meses y no he ido ni al racó de Misa, ni una de mis ilusiones, escalar en Francia. Tampoco he regresado a Etxauri. Este párrafo sí que es una tragedia...

Ah! y ayer tuve la escalada más soporífera de todas. Se nos ocurrió ir a les Taules de la Llei a Malanyeu. Nunca habíamos escalado allí aunque era la segunda vez que iba. Con una calda inhumana, recalentón de pies y también de coco, me sorprendió bastante positivamente (todo lo positivo que es sentirte bien aún si encadenar) notar que el problema de no encadenar la Passió Incondicional no fue de pila sino de coco. Suerte de la Pixapins y de su flasheo clave para no rendirme y que nos dejó bastante mejor sabor de boca (Y va y aún así me suelta... "En este sector es difícil acordarse de los cantos..." - jeje, qué majo... Por cierto, decididamente me voy a cambiar el nombre (...)-). Pero lo de soporífero del tema no fue ni la compañía, ni las vías, que no te dan tregua. Se debe a que ya es la segunda vez que voy a este sector y debido a la calda chicha acabo tirada por ahí en un prado sobando una siesta.

Pero lo positivo de mi situación actual no es tanto que estoy mejor del isquio, que ya es un qué pero no ha venido regalado, me ha costado mucho esfuerzo en el gimnasio; ni tampoco que mi artritis postraumática del pulgar se está curando poco a poco (más rápido que el pánico postraumático a caer); lo mejor, lo más mejor, es que lenta pero progresivamente estoy consiguiendo volver a escalar con mis chicos; quienes, a pesar de lo mucho que me estoy arrastrando en las vías, me acompañan y me animan y motivan para que vuelva a apretar (-tampoco fui nunca una Lola, jaajajjj-) y retomar mis quehaceres con bastante tiempo disponible.

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