LA PROTEGIDA

Unos 40 km más tarde de la sesión matinal plafonera, me encontraba postrada encima del mármol de su cocina haciendo un café con un piti que asía con morboso deseo entre mis maltrechos dedos llenos de repelones. Tras tres caladas vacías lo apagué cansinamente y nunca más se supo (hasta el momento) de semejante ritual apestoso.

Miraba el jolgorio del comedor y esa peculiar estampa de un domingo cualquiera que hacía tiempo que no veía. Rememoré esos días en los que intentaba evitar a toda costa el encontronazo con Cine de Barrio, zappeando al peliculón de sobremesa donde la incidencia criaturas secuestradas es más de lo que uno llegaría nunca a imaginar.

Entonces me di cuenta gracias a mi poder de observación. Os dejo un test Cluedo...
(Enlace aquí para la versión con subtítulos)

Exactamente un año antes había visto por primera y única vez a aquél enano. Nada tenía que ver con el que había sostenido entre cólicos un año antes, se parecía lo que un huevo a una castaña. Me pregunté si Lobatón aún dispondría de aquel sofisticado software con el que mediante enrevesados cálculos matemáticos de puntos fisonómicos y otras variables de evolución temporal ponía cara al envejecimiento.

Decididamente le habían dado el cambiazo. Se lo insinué a la madre quien hizo oídos sordos, y es que ese chiquillo era ciertamente listo y guapo. Qué más daba el origen de sus ancestros...

La niña crecía a pasos agigantados y con 5 años ya había dejado a su novio por ser más bajito. juas juas, menuda tía... Era la digna sucesora de mis mejores fortunas y más preciados tesoros. La sobrina postiza. La protegida.

Bien es cierto que poseo el actual legítimo heredero en primer puesto de la línea de sucesión de mis bienes patrimoniales (pobrecico, una hipoteca de por vida) perteneciente a la estirpe de mi familia. Es sangre de la sangre de la primogénita de mis padres. Su madre, la usurpadora en pleno derecho de bienes patrimoniales como cajones y armarios, gozando en uso pero no en abuso del usufructo de los tuppers domingueros; ésa.. habría prohibido de manera tácita que mi sobrinito  (mi consentido y requetequeridísimo al que le encanta reptar por las alturas) me acompañase a la montaña ni aceptaría un arnés en muestra de paz. Es su decisión y hay que respetarlo ante todas las cosas.

Pero volviendo a ese comedor, cuál fue mi sorpresa cuando su padre exclamó:

I a on et portarà l‘@vista?

Y la protegida respondió:

A escalar!

Recordé un comentario de su padre (medio en broma creía yo) en el que me insinuaba que parecía que a su hija le gustaría escalar. Asentí y le comenté que las dotes ya se las había visto cuando, tras conocer a su hermanito ella me cogió de la mano y me dijo:

Vine que t'ensenyo el meu llit!

E intentó reptar hasta el piso superior de la litera con un estilizado taloneo y mantel.

Ahora me tocaría hacer encaje de bolillos para el ajuar de la niña, pero hacer un arnés no debe ser moco de pavo. Intuyo que en su próximo cumple le tendré que regalar todo el kit.

Como lo prometido es deuda tengo pendiente una cita con semejante encanto. Alguien me podría echar una mano en tan buena causa?

Pido consejo: plafón o roca? lugares, alquiler de material, y cualquier otra cosa que se os ocurra.

Entretanto, me estrujo la sesera para sacar pasta de donde sea. Ya he ideado cómo obtener liquidez a corto plazo. Ver recursos aquí.